CUNA DEL RÍO SEGURA
SANTIAGO PONTONES
El segundo río más importante del sur peninsular nace en Santiago – Pontones; a 1.413 metros de altitud protegido por el Pinar del Risco en Fuente Segura, una recóndita aldea ganadera que, a su vez, es una de las entradas a uno de los parajes más singulares del mundo, Los Campos de Hernán Pelea.
Fue nombrado por los romanos como Thader, por ser un río rodeado de palmeras; los árabes lo denominaron como río blanco, Wadi al-Abyad y tras ellos, se le asignó el nombre de la sierra en la que habita y fluye, la Sierra del Segura; de la que recibe afluentes cortos pero de abundante caudal, como los ríos Madera, Zumeta y Tus.
Cuenta con una cuenca hidrográfica de 18.870 km² y 325 kilómetros de longitud, que circular por las provincias de Jaén, Albacete, Murcia y Alicante hasta desembocar en el Mediterráneo, en Guardamar del Segura, en la provincia de Alicante.
Paisaje
Un deleite visual
Es uno de los ríos con mayor aprovechamiento hidrológico, conocido también por su irregularidad, causante de grandes inundaciones alternadas con periodos largos de sequía.
Resultado de una surgencia cárstica, sus aguas cristalinas y de tonos turquesas, emanan de una profunda cavidad subterránea, de 7 metros de diámetro por 6 de profundidad.
Un deleite visual del que disfrutar en cualquier estación. Es el lugar idóneo para disfrutar del intenso color de sus aguas y su flora, admirar los colores ocres del otoño y de la caída de las hojas, en verano refrescarse en su arroyo y en invierno contemplar la fría nieve.
El agua proviene de los calares presentes en los Campos de Hernán Pelea. En épocas de numerosas precipitaciones o grandes nevadas, tras el deshielo, se produce el reventón o el borbotón del nacimiento; un genuino fenómeno natural denominado así por el efecto espumoso de sus aguas y por el incontrolable desbordamiento de estas.
Envuelto por una inconmensurable naturaleza de extraordinaria biodiversidad hicieron de la cabecera del río segura el asentamiento perfecto en la Prehistoria, prueba de ello son las manifestaciones artísticas y restos óseos, líticos, cerámicos junto con otras herramientas encontradas en las diferentes oquedades próximas, Cueva del Nacimiento y Abrigo de Cañada de la Cruz, de gran valor histórico y científico reconocido mediante su inclusión en la declaración como Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1998 por la UNESCO.
Las manifestaciones permiten datar el asentamiento y el flujo humano desde el Paleolítico Superior, en torno al 9250 a.C, hasta el Neolítico Final, alrededor del 2040 a.C.; al mismo tiempo que nos revelan las características del entorno de aquel momento. Presentando un clima más húmedo y frío que el actual y dominado por árboles de hoja caduca como el abedul, el avellano, el olmo e incluso la haya, actualmente ausente. En cuanto la fauna que habitaba eran ciervos, jabalíes, cabras monteses, corzos y rebecos, estos dos últimos han tenido que ser reintroducidos en nuestros tiempos tras su extinción.
Símbolo emblemático
Paz y tranquilidad
El nacimiento del Segura se encuentra, prácticamente, en el centro del municipio y lo atraviesa dirección noroeste creando un valle estrecho y profundo, dando vida a su paso propiciando asentamientos desde tiempos remotos y originando paisajes espectaculares. Su caudal discurre por el valle, creando diferentes arroyos y pozas naturales en las que refrescarse en verano, hasta unirse junto al río Zumeta en las Juntas de Miller, donde se despide de Santiago – Pontones.
Uno de los símbolos más emblemáticos del municipio es el embalse de las Anchuricas, donde el río reposa tras arrojarse con fuerza por el cañón, originando espectáculos naturales únicos como el Charco del Humo, hasta llegar a esta pequeña presa encajonada entre laderas colmadas de pinos que culminan con asombrosos calares, como son el del Cobo y el de Marchena, y salientes.
Balcones naturales no solo del enclave, sino de todo el municipio y del resto de la Sierra de Segura. Desde el Puntal de la Misa, el de la Carrasquilla, la Escalera y el de los Canteros y el Picón del Majalón; desde los cuales podremos disfrutar de las mejores vistas del valle y del embalse desde diferentes perspectivas. No hace falta subir a las alturas para contemplar unas vistas formidables, realizando el trayecto del sendero del PR-A 128. La Toba – Las Anchuricas podremos gozar de la misma panorámica y de las singulares siluetas de los estos. Otro de los lugares icónicos para admirar su belleza es desde la Ermita de San Pedro de las Casicas del Río Segura, ubicada en una de sus orillas.
Un paraje de ensueño, colmado de paz y tranquilidad, en el que perderse en el color de sus aguas, las cuales tornan dependiendo de la cantidad de luz solar presente, tornando de verde esmeralda a un intenso azul.
